sábado, 10 de marzo de 2007

E-mail al cielo # 5372



Hoy de regreso escuché cuando alguien dijo tu nombre, y en ese momento te ví corriendo hacia mi, traías un polo a rayas y me acompañaste durante el trayecto, tomaste mi mano y caminamos despacito hasta que tu voz rompió mi silencio, y te imaginaba perfecto contando tus hazañas con tus ojitos enormes y lograba ver el reflejo de mi ilusión en tu mirada y te abracé sin interrumpir tus historias fantásticas, me contaste de tus juegos favoritos y de lo que más te gusta hacer, me dijiste algo en inglés y luego en francés y de lo bien que se siente caminar sobre el aire y tu sonrisa me animaba a seguir adelante pensando en las tantas y tantas cosas que quería decirte (sueños frustrados guardados en cofres) y dar un paseo y comer un helado a escondidas y limpiar con mis dedos esas gotitas de sudor que resbalan de tu frente. Pude imaginar lo que imaginaba que me contabas, que el Arco Iris del ala norte es el que te gusta más porque es el más grande y bonito de todos los que viste hasta hoy y que la Nube # 147 esa que está a 128º sección Oriente es el mejor colchón, que te gusta la lluvia igual que a mi y que entre un postre y una sorpresa prefieres una canción de cuna porque te trae los mismos recuerdos de amor que tenemos aquí abajo y que te acuerdas de los calcetines diminutos que guardo en mi 2do cajón mientras sonríes feliz contándome que tu piecito creció y yo sólo atino a mirarte y ¡Qué grande que estás! y te traigo hacia mi y doblada hasta ti te sobo la cabecita y siento tu corazoncito latir y otra vez vuelvo a sonreir.




Un Claxon me devuelve a la realidad.


Te busco, me asusto y recuerdo...


Miro hacia el cielo y te siento volar. Y duele.


Tú no estás aquí, pero yo hoy día te vi


-Estás bien hijita?
-Sí papi... caer de una nube no es nada fácil para un simple mortal.