lunes, 3 de marzo de 2008

Sueño de una noche de verano...

Estaba en la playa tiraba panza abajo, y vi al frente estacionada, una camioneta parecida a la que tenía papá cuando éramos pequeños... una Chevrolet pick up año 65, la famosa y querida "papaenca" regresé un instante a mi infancia hasta que mi sobrina me despertó del sueño recordatorio para que la lleve a la piscina. La llevé, dejando a mi hermana en la playa. Estuvimos dos horas en la piscina; al regresar por mi hermana, la encontramos sentada conversando con una pareja de extranjeros y un bebe precioso en brazos y otro en camino... Ellos eran los dueños de la camioneta. Salieron de Argentina hace tres meses, pasaron por Bolivia y un mes después ahora en Perú se encontraban en Huanchaco, sentados en la misma playa que nosotros.

Fuimos a conocer su camioneta, llevaba el nombre de "Celestina" convertida y adecuada por dentro, no sólo para formar parte de una linda aventura, sino para formar parte de un eterno recuerdo como viajar conduciendo país tras país..

Les ofrecimos nuestra casa mientras estén en nuestra ciudad y compartimos anécdotas y risas y mate de coca y al día siguiente un almuerzo con papa deshecha... pero ustedes nos efrecieron más.. nos han hecho formar parte de su aventura, nos han enseñado que cuando hay ganas 'todo se puede' y que para lograr un vínculo de estrecha amistad, es suficiente una tarde llenita de arena al frente del mar, aunque no siempre uno tiene la suerte de conocer una familia rodante...

Sean bienvenidos siempre, estén en dónde estén, y repitiendo frases como la que dijo mi papi, como oda a la novela de Shakespeare: "todo fue como un sueño de una noche de verano" y como la de Fede: "Gracias por abrirnos las puertas de su corazón" esperamos que este verano se prolongue aunque sea virtualmente porque siempre estarán abiertas las puertas de nuestros corazones...